jueves, 15 de octubre de 2009

DIÁLOGO CON NIETSZCHE SOBRE EL SILENCIO Y LA FILOSOFÍA COMO LOCURA



NIETZSCHE:
¡Silencio!

¡Es mi verdad!

Desde ojos vacilantes,

desde escalofríos de terciopelo

me llega su mirada,

encantadora, malvada, una mirada de muchacha...

Descubrió la base de mi felicidadme descubrió

-ay ¿qué maquina?-

Un dragón acecha purpúreo

en el abismo de su mirada de muchacha.
¡Silencio! ¡Habla mi verdad!


Por fin, alguien que entiende el significado del decir del silencio...


Unas miradas culpables de tanto dolor, de tanto pasado, de tanto orgullo,

de tantas miradas que abstrusas se dan cita en el ocaso de este día en el que descubro este poema de Nietzsche...


¿cómo puede hablar el silencio?

Si estamos acostumbrados a decir palabras,

a matar momentos con frases a veces inconclusas

que nada dicen pero que al no decir nada, matan, atormentan

y dejan ir los momentos que pudimos abrazar en el silencio...


¿Qué extraña sensación sienten aquellos que nada se dicen,

pero que se miran a los ojos

como queriendo descubrir en las miradas las palabras que

en vano se esperan, porque nunca vienen..?


Hoy, por ejemplo, me he mirado en el espejo y he descubierto,

sin decir nada que todo es pasajero...

Incluso aquellos versos que ayer ilusionado escribía hoy no sé donde estarán...

Es como un juego de niños que se abalanzan sobre mis hombros

y quieren quedarse para no atraer más al recuerdo...

Porque recordar duele...amarga y entristece.. ¿cómo me gustaría que todo pasado ya no fuera pasado sino presente? Pero de algún modo el pasado es presente, pero lo es en el recuerdo...y cómo aman aquellos que viven del recuerdo y se olvidan del presente. Hay ocasos que nos engañan y hay palabras que se duermen como si a ellas las atravesara el silencio, con su guillotina de dolor y ausencia.


¿Qué tiene la vida que nunca la he podido atrapar en el sueño de los que viven? Y ella ¿qué dirá en el silencio? Es el silencio de los que se aman el peor de los silencios, tal vez si, pero creo que el silencio más doloroso es el de aquellos que alguna vez se amaron y se encuentran en el sin decir...
Esta noche, por ejemplo, las estrellas brillan en lo alto del cielo como queriendo alumbrar el camino de cualquiera que anda a oscuras y ha olvidado su ruta en la noche espantosa de los que no tienen nada que esperar porque lo han esperado todo.


Esa es mi verdad, la verdad que se me escapa de las manos para arrimarse a las verdades de otros que hablan y hablan y en sus palabras, que vacías de contenido, debo entroncar para poder existir. Una existencia que se evidencia pesada ¡A esta altura ya todo es pesado! Incluso lo que ayer cargaba con ligereza, hoy se torna un estorbo.


¿Dónde gritas tu verdad silencio acallado y ensimismado?


Tantos hombres, de ayer y de mañana, siguen gritando en el silencio de la pobreza, de la desilusión, de la exclusión, de la insensatez. Tantos gritos no escuchados por otros hombres que se vuelven mudos por tanta mudez que hace surgir la indiferencia y la sordera.


¿Cuál es tu verdad silencio? Si acaso en el silencio de los silenciados podré algún dia decir mi palabra amenazadora de existencia.


El ruido de los cañones no permiten que escuche el crujir de la vida....Balas que atrapan inocencias y que destilan ocasos de miseria. ¿Quién será más fuerte que aquel que asesina sin saber por qué asesina?


¿Quién será más fuerte que el ruido de la guerra y la pobreza? Una pobreza que ahoga y aprisiona, amordazando las palabras de esperanza y de ilusión. En la guerra y en la pobreza no hay silencios. Pero si tal vez hay silencio...


¿Cuántos mueren en el silencio sin que nadie sepa cómo mueren? Cuantos estómagos vacíos sucumben en el silencio de aquellos que no escuchan el hambre que lo aflige? Y yo aquí tampoco los escucho, ¿dónde estarán? En la oscuridad de los muertos en vida.


Unos ojos vacilantes....

3 comentarios:

Gracias por tu comentario.